Como un avión de papel gigante, una vez en el aire, un planeador es constantemente atraído hacia el suelo por la gravedad. El parapente no es propulsado por motor. Así que para volar durante horas y largas distancias necesita poder ganar altura o, por lo menos, mantenerla.
Hay dos maneras de hacerlo:
Volando en círculos dentro de corrientes térmicas; que son columnas de aire caliente ascendente o volando en ascendencias de ladera; que se crean cuando el viento golpea una montaña o colina y se desvía hacia arriba.
Tan pronto como el parapente deja una de estas corrientes de aire empieza suavemente a descender.
Trabajar por tu primera licencia de piloto será un episodio memorable de tu travesía en el vuelo libre. Todo será nuevo e incluso los vuelos más cortos serán logros inmensos. Si estás leyendo esto probablemente has soñado con volar y estás listo para empezar.
Lo primero será pasar muchas horas en el campo escuela haciendo serenité: que es controlar tu parapente sin despegar del suelo. El serenité o kiting es la base más importante de tu proceso de aprendizaje. Aunque puede resultar un poco frustrante al principio, pronto lo entenderás y será extremadamente divertido.
Todo lo que aprendes a hacer en tierra corresponde al comportamiento de tu parapente en el aire, así que con un buen entrenamiento, comprenderas las dinámicas de tu vela antes de que tus pies se despeguen del suelo por primera vez.
Pasarás tus primeros días aprendiendo a alistar tu equipo de vuelo, conociendo nuevo vocabulario sobre tu parapente, meteorología, aerodinámica, y simulando despegues y aterrizajes.
Luego, tus primeros vuelos cortos desde la colina de entrenamiento serán algunos de los más memorables de tu carrera.